Con     la    arcilla    comienza    el    trabajo    de    mucha    creatividad    e    investigación.

Luego    viene   la    etapa    del    secado,   este    es    lento    para   evitar  contracciones.

Más   tarde   las   piezas    irán    a    la   primera    quema   bizcocho   durante  cinco  días.

A  continuación  comienza el esmaltado, este es abstracto ya que los colores no son el resultado   final  que entregara  la quema.  Los esmaltes que utilizo son creación propia que investigo en mi laboratorio.

 

Nuevamente  las  piezas  son   llevadas  al horno  para comenzar la  segunda quema de esmalte durante siete días.

Esta  es  una quema de reducción a 1.300 grados donde la llama del horno envuelve las piezas  dándole  calidades  y  caracteres únicos a cada una.  Es por esta razón que a mí me  motiva  trabajar  en  este tipo de  horno  ya  que  tiene  su propio  encanto donde el fuego termina la obra.

Finalmente  se  deja  enfriar  lentamente durante cinco días para lograr la calidad de los esmaltes  y  de   la   pasta,  para   luego  comenzar  el  montaje y construcción final de la obra.

Todo  este proyecto  fue realizado durante tres años, con mucha delicadeza y pasión.

Todo  este proyecto  fue realizado durante tres años, con mucha delicadeza y pasión.